El Ministerio de Sanidad incluye esta tecnología como método de desinfección contra la COVID pero no en contacto con personas
Nos habéis preguntado por los usos de la luz ultravioleta en la lucha contra el SARS-CoV-2, a raíz de una imagen en la que aparece la ministra de exteriores Arancha González-Laya junto a dos mujeres que portan en el cuello un purificador de aire “anti-covid” en Estonia, que funciona con luz UV.
Pese a que la luz ultravioleta ya se utiliza como germicida en determinados ambientes profesionales (como laboratorios y hospitales), su uso está desaconsejado en el público general y solo se emplea en ausencia de personas, ya que tiene efectos nocivos como la exposición directa a los rayos UV y la producción de ozono en el aire que respiramos. Los expertos consultados por Newtral.es desaconsejan su uso como sustituto de las mascarillas en la lucha contra el coronavirus.
En noviembre de 2020 el Ministerio de Sanidad alertaba de los pocos estudios al respecto. “La evidencia disponible sugiere que los dispositivos de luz UV-C podrían inactivar el SARS-CoV-2 de una forma fácil y rápida. Sin embargo, la evidencia disponible es todavía escasa y muy heterogénea”, asegura el documento, que explica además que “el uso inapropiado del GUV (ultravioleta germicida por sus siglas en inglés) puede dar lugar a problemas para la salud y la seguridad humanas”.
El dispositivo por el que nos habéis preguntado en concreto es un ‘wearable’. Es decir, un dispositivo portátil que, en este caso, se llevaría al cuello con la intención de limpiar de gérmenes el aire alrededor de la cara. Está fabricado por una empresa estonia llamada “Respiray”. BOE | Las restricciones a los pasajeros que vengan de China por la nueva ola de covid
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Today we hosted the Minister of Foreign Affairs of Spain 🇪🇸 @AranchaGlezLaya discussed how we could support Spain with their ambitious plan on digitalization. Thanks for your visit! @MFAestonia @e_estonia And we had a chance to wear a @RespirayGlobal product and safety was ☑️ pic.twitter.com/YqHgIUKjzq
La empresa que fabrica este “purificador de aire a través de rayos ultravioleta” asegura en su página web que el dispositivo “ha sido probado en los laboratorios de la Universidad de Tartu en Estonia y la Universidad de Lodz en Polonia”.
Un prototipo que se encuentra “pendiente de patente” y que, según la empresa, mostró en los estudios una reducción del “99,68% y 99,88%” de las bacterias que producen el E.coli y el S.Aureus en el estudio realizado por la universidad polaca. Ola de covid en China: ¿cuál es la situación en España?
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La empresa no aporta datos concretos sobre la supuesta efectividad del dispositivo frente a la COVID-19, aunque asegura que ha “pasado con éxito pruebas con alphavirus, que son similares” y de tamaño comparable.
Mari Cruz Minguillón, que es investigadora del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) y experta en aerosoles, confirma a Newtral.es que “la luz ultravioleta se utiliza para destruir virus y patógenos y se ha utilizado durante mucho tiempo” en entornos médicos como laboratorios o centros médicos.
Sin embargo, explica que esta desinfección UV debe realizarse “con la frecuencia adecuada, la longitud de onda adecuada y de una manera muy controlada”. “No está a nivel de usuario”, asegura, ya que su uso tiene ciertas limitaciones y puede producir efectos nocivos al ser humano.
“La luz ultravioleta produce ozono a nivel troposférico, el que nosotros respiramos, y es nocivo”, además de que los rayos ultravioleta también pueden dañar al organismo. “Exponerse a la UV directamente es una barbaridad”, zanja esta experta.
Como explica Minguillón, por otra parte, se deben tener en cuenta otros elementos como las sombras: si un objeto produce una sombra, la luz UV no incide en la zona sombreada y por lo tanto ese espacio quedaría sin desinfectar.
El Ministerio de Sanidad español explica que, con motivo de la pandemia de COVID-19, se han recibido muchas consultas al respecto de esta tecnología, pero incide en la falta de pruebas al respecto y la necesidad de tener ambientes controlados.
“El GUV debe utilizarse de manera competente y con el debido cuidado en lo que respecta a la dosis y la seguridad. El uso inapropiado del GUV puede dar lugar a problemas para la salud y la seguridad humanas y producir una desactivación insuficiente de los agentes infecciosos. Por tanto, el uso en el hogar no es aconsejable. Además, la radiación ultravioleta germicida nunca debe usarse para desinfectar la piel”, concluye el documento de Sanidad que se basa en un informe realizado por el Plan de Trabajo de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del SNS.
El documento de Sanidad incide en varias ocasiones en que la desinfección por UV puede suponer efectos perjudiciales para la salud y solo debe utilizarse en entornos controlados y por parte de profesionales.
“Dado que la radiación UV ha sido identificada como potencialmente cancerígena,
deben adoptarse medidas de protección para minimizar ese riesgo”. Estas medidas suponen que los trabajadores en zona de irradiación UV deben “llevar equipo de protección personal tal como ropa industrial (por ejemplo, telas pesadas) y una pantalla facial industrial (por ejemplo, caretas) (ICNIRP, 2010). Los respiradores de cara completa (CIE, 2006) y la protección de las manos mediante guantes desechables (CIE, 2007) también proporcionan protección contra la radiación UV”, según las directrices de Sanidad.
En el caso del ‘collar’ estonio en concreto, Minguillón explica que “la UV ya se usa, sí, pero se utiliza donde toca, en conductos de aire, en ausencia de personas, si está bien calculado…”
“Este dispositivo yo no lo usaría, no confío en su eficiencia ni en la ausencia de otros daños, sin más información esto no es útil”, asegura. “Entiendo que a la gente le gustaría que lo fuera porque es más amigable pero esto no se puede utilizar”.
Otra de los problemas que presenta, según esta experta, es que “no te asegura que vayas a respirar otro aire, la dinámica de fluidos es muy complicada” y aunque el aire esté filtrado los huecos que deja la pantalla “no asegura que entre otra corriente de aire y que te puedas contagiar”.
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